Una vecina del barrio de Coia en Vigo, tras regresar de sus vacaciones, abrió la puerta, que tenía la cerradura averiada y descubrió que la vivienda se encontraba revuelta y había sido saqueada.

Se robaron joyas, recuerdos, fotos tiradas en el suelo, pero no era la única, en el edificio de 15 plantas había 4 0 5 vecinos que sus viviendas también habían sido desvalijadas durante su ausencia en agosto.

Los ladrones le colocaron marcas en las puertas para saber si los dueños estaban dentro, buscaban joyas de oro y dinero. Según las investigaciones realizadas por los Mossos, todo apunta que los realizó una banda itinerante de georgianos o kosovares con base en Madrid.

A principios de septiembre habían sido detenidos en Lugo por robos en esa ciudad y en Sarriá, en su botín aparecieron joyas de Vigo, pero no se supo más, el grupo de robos de la policía nacional de Vigo, inició la investigación para esclarecer un total de cinco robos en el mismo edificio de Coia.

El modus operandi

La Policía confirmó, que los ladrones entraron en cinco pisos a finales de agosto y principios de septiembre, para saber si los dueños habían regresado de las vacaciones, habían colocado un hilo casi invisible pegado con silicona blanca en el marco de la puerta.

Si el vecino rompía el hilo, es que se encontraba dentro del inmueble, si seguía intacto el piso estaba vacío, un vecino que pasaba unos días en O Morrazo le marcaron la puerta, pero no le robaron porque ese día regresó a casa.

Los delincuentes se dieron cuenta de que había gente en casa y no entraron, si lo hicieron en el piso contiguo de forma sigilosa que nadie escuchó ruidos. Una perjudicada descubrió en el revoltijo de su vivienda, que su cafetera había sido usada.

Dedujo que los ladrones pudieron haber tomado café en su piso, se propuso tomar huellas de los vasos y analizar dos pelos largos negros de mujer que no le correspondían a ella ni a sus hijas.

La policía le preguntó a la mujer si sus joyas eran originales o tenían algún detalle especial, estas tenían una medalla con letras en árabe, pendientes de lágrimas de inspiración oriental y un regalo de su actual pareja con su nombre escrito y un lema.

La habitante de este piso, había salido por unos días a otra comunidad, tenía una puerta blindada, una vecina expresó que los ladrones forzaron la ranura de la llave hacia arriba y hacia abajo.

Trabajaron sin hacer ruido, en la parte superior de la puerta había una marca blanca de pegamento o silicona, otros vecinos también la tienen, colocaron un hilo imperceptible para saber si el piso sigue vacío.

Los delincuentes volcaron todo el contenido de cajones en el suelo para buscar el botín, la despensa no la tocaron, algunos vecinos se preguntan si esta serie de robos tendría relación con otra banda que operaba en el cercano barrio de Alcabre.

El administrador del edificio no explica la serie de robos en el edificio, ya que solo vive gente obrera, no es ostentoso, entre otros.

 

Por admin